La confirmación de la presencia de la imagen de Jesús Nazareno en el Vía Crucis Magno de Córdoba, programado para el próximo mes de octubre, ha generado una ola de reacciones en el mundo cofrade. La Hermandad de Jesús Nazareno ha oficializado su participación en este importante evento religioso, lo que ha intensificado la incertidumbre sobre las demás imágenes que formarán parte de la procesión. Entre los bloques temáticos que estructurarán la procesión, uno estará dedicado a las Esperanzas, donde se ha extendido la invitación a la Esperanza del Valle, la Esperanza de San Andrés, la Paz y Esperanza, y La O. No obstante, la ausencia de ciertos misterios emblemáticos ha suscitado sorpresa y debate entre los fieles.
A medida que se incrementan las conjeturas sobre las hermandades de la capital y otras localidades que podrían haber recibido la invitación para participar, también surgen interrogantes sobre algunas ausencias que destacan por su relevancia. Entre las más notorias se encuentran dos de los pasos de misterio más impresionantes de la Semana Santa cordobesa: Nuestro Padre Jesús de las Penas, de la Hermandad de la Esperanza de San Andrés, y Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, de la Hermandad de la Paz y Esperanza.
Salvo un inesperado giro de los acontecimientos, parece que estos dos imponentes misterios no formarán parte del Vía Crucis Magno, lo que ha provocado reacciones encontradas en la comunidad cofrade. La noticia es motivo de desilusión para muchos devotos que consideran que estos pasos representan una parte fundamental de la tradición y el fervor de la Semana Santa en Córdoba. Su ausencia impacta en la composición de la procesión, dada la magnitud artística y la profunda devoción que despiertan en la ciudad. Su presencia habría asegurado una mayor expectación y atractivo para los espectadores que esperan con ansias este evento de carácter extraordinario.
Aunque algunas voces argumentan que la decisión podría estar relacionada con el hecho de que ambos pasos ya participaron en el Vía Crucis Magno de 2013 y en la Magna Nazarena de 2019, otros señalan que el motivo principal podría ser la inclusión de los dos pasos de palio de sus respectivas hermandades: la Virgen de la Esperanza y la Paloma de Capuchinos. Sin embargo, esta justificación ha generado ciertas dudas, pues si finalmente se confirma la presencia de dos pasos de cualquier otra hermandad en la procesión, la exclusión de estos misterios resultaría aún más incomprensible para los fieles.
En cualquier caso, la configuración final del Vía Crucis Magno continuará revelándose progresivamente, y a pesar de la ausencia de estos dos icónicos pasos, el evento promete ser una manifestación de fe y arte sin precedentes. La expectación sigue en aumento, y los detalles que se vayan conociendo en las próximas semanas serán clave para determinar la magnitud y el impacto de esta magna cita cofrade.

