El inicio de 2025 ha llegado cargado de controversia en el ámbito televisivo. La asociación ultraconservadora Hazte Oír ha anunciado acciones legales contra los humoristas Lalachus, David Broncano, y el presidente de RTVE, José Pablo López, por un supuesto delito contra los sentimientos religiosos, ocurrido durante las Campanadas de Fin de Año en la cadena pública.
El origen del conflicto
El momento señalado por Hazte Oír se dio justo antes del tradicional instante de las uvas, cuando Lalachus mostró una estampa con la famosa vaquilla del programa «Grand Prix» superpuesta sobre una imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Este gesto, calificado por la asociación como una «blasfemia» y un «escarnio público contra los sentimientos religiosos», ha desatado una oleada de críticas por parte de sectores religiosos y conservadores.
La asociación también ha extendido su denuncia a David Broncano, acusándolo de no reprobar el acto en directo, y a José Pablo López, presidente de RTVE, a quien atribuyen una «actitud permisiva» tras aplaudir el evento en redes sociales.
La postura de Hazte Oír
En un comunicado difundido en sus redes sociales, Hazte Oír ha explicado que interpondrá la denuncia en las próximas horas, argumentando que el acto no solo ofende a los cristianos, sino que también «socava los principios de respeto y tolerancia que deben regir una televisión pública financiada por todos los contribuyentes». Según la asociación, este tipo de representaciones «trivializan y menosprecian las creencias religiosas de los católicos», algo que consideran inadmisible.
«Este tipo de acciones no deben normalizarse en una sociedad que aspire a ser inclusiva y respetuosa», añadieron, enfatizando su compromiso de «exigir responsabilidades» a todos los implicados.
Reacciones divididas en redes sociales
El gesto de Lalachus ha generado una polarización evidente en redes sociales. Mientras que algunos usuarios han defendido el acto como una manifestación de humor sin intención de ofender, otros lo han considerado una falta de respeto hacia las creencias religiosas. Por su parte, Broncano y Lalachus no se han pronunciado públicamente sobre la polémica hasta el momento.
Desde sectores progresistas, varias voces han salido en defensa de los humoristas, argumentando que el humor es una herramienta legítima de crítica y expresión artística. Sin embargo, los detractores insisten en que el contexto y el medio público en el que se realizó el acto exigen mayor sensibilidad y respeto.
Un debate recurrente sobre la libertad de expresión y el respeto
Este episodio revive el debate sobre los límites del humor, la libertad de expresión y el respeto hacia las creencias religiosas. Mientras tanto, RTVE, como cadena pública, también está en el punto de mira por permitir la emisión de un contenido que ha generado división entre los espectadores.

