El pasado 11 de diciembre tuvo lugar la presentación oficial del cartel anunciador de la Procesión de la Santísima Virgen del Rocío, que se celebrará el próximo 22 de diciembre, uno de los actos más esperados por los fieles de la Hermandad de Sevilla. La obra, realizada por el artista José Miguel Formigo, ha despertado una notable expectación por su marcada sensibilidad estética y su cuidada reinterpretación de los elementos tradicionales del universo rociero.
Una obra digital con alma artesanal
El autor ha recurrido a la ilustración digital con técnica mixta, un procedimiento que, pese a emplear soporte digital, busca transmitir la textura, la calidez y la expresividad de los medios tradicionales. Formigo ha logrado una pieza de potente identidad visual, en la que la tecnología se pone al servicio de una iconografía clásica y reconocible para los devotos.
La composición se organiza mediante una diagonal que divide el cartel en dos ámbitos diferenciados, recurso que aporta dinamismo y profundidad.
El plano divino: la Virgen del Rocío y el cielo simbólico
En la parte superior se sitúa el ámbito celestial, presidido por la imagen de la Santísima Virgen del Rocío, modelada con pinceles digitales que evocan la suavidad de la acuarela. La escena se enmarca en un cielo repleto de elementos simbólicos: las doce estrellas tomadas del primitivo simpecado y la figura del Espíritu Santo portando la llama de Pentecostés, también inspirada en esta insignia histórica.
El predominio del azul profundo remite a la noche del 22 de diciembre y a la pureza concepcionista de María, mientras que los dorados aportan solemnidad, realeza y un acento espiritual característico en la iconografía mariana.
El plano terrenal: la arquitectura del Salvador y el boceto en grafito
La escena inferior representa el mundo terrenal. Aquí destaca la silueta de la Iglesia Colegial del Divino Salvador, un referente histórico que contextualiza la devoción y ancla el cartel a uno de los templos más emblemáticos de Sevilla. La zona se completa con una ilustración que simula un boceto en grafito, reforzando la dualidad entre tradición e innovación técnica.
A la izquierda de la Virgen aparece la Sagrada Familia, que introduce el sentido profundamente navideño de esta procesión celebrada cada diciembre. Este detalle sitúa la obra en el marco espiritual propio de las fechas y recuerda la dimensión religiosa que la hermandad subraya cada año.
Detalles que refuerzan la identidad rociera
En la franja inferior, el nombre Rocío aparece escrito en una tipografía inspirada en los antiguos azulejos sevillanos, recurso que aporta vertebración histórica y una conexión directa con el patrimonio artístico de la ciudad.
A ambos lados, dos ángeles —los mismos que coronan el simpecado titular— aparecen adaptados para esta composición portando una pandereta y una guitarra, un guiño a los villancicos y cantos tradicionales que acompañan la procesión cada 22 de diciembre.
Como elemento singular, el autor introduce el bombo de la Lotería Nacional, una referencia explícita al día del Sorteo Extraordinario de Navidad, que coincide con la fecha de la procesión y que se ha convertido en un símbolo reconocible del comienzo de estas celebraciones invernales.
Un cartel lleno de devoción, tradición y mensaje visual
El cartel anunciador, cargado de simbolismo y de una sensibilidad artística muy marcada, se ha consolidado como el primer gran hito que antecede a la Procesión de la Virgen del Rocío. La obra de José Miguel Formigo logra unir tradición y modernidad en un lenguaje visual que interpela tanto a los devotos como a quienes sienten interés por el arte sacro contemporáneo.


