Sevilla se prepara para vivir el Martes Santo 2025, una jornada clave de la Semana Santa que podría verse condicionada por las condiciones meteorológicas. Según los últimos pronósticos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y otros portales especializados, la probabilidad de lluvia en la capital hispalense marcará el desarrollo de las procesiones, generando expectación entre cofrades y visitantes.
Probabilidades de lluvia durante el Martes Santo
El Martes Santo, que se celebra el 15 de abril de 2025, presenta un panorama meteorológico incierto. Los modelos actualizados indican:
- Mañana (hasta las 12:00): La probabilidad de precipitaciones alcanza el 80%, con posibilidad de chubascos débiles a moderados. Las nubes cubrirán el cielo, lo que podría complicar las primeras horas del día.
- Tarde (12:00-18:00): El riesgo de lluvia desciende ligeramente al 60%, con intervalos de nubes y claros. Esto abre una ventana de esperanza para las hermandades que planean iniciar sus estaciones de penitencia.
- Noche (18:00 en adelante): Las previsiones apuntan a un 55% de probabilidad de precipitaciones, con chubascos más dispersos. Las temperaturas se mantendrán suaves, entre los 14ºC de mínima y los 22ºC de máxima, acompañadas de una humedad elevada que podría intensificar la sensación de inestabilidad.
¿Saldrán las hermandades a la calle?
La posibilidad de que las ocho hermandades del Martes Santo sevillano —como El Cerro, La Candelaria, El Dulce Nombre, San Esteban, San Benito, La Bofetá, Los Estudiantes y Santa Cruz— puedan realizar sus procesiones dependerá de la evolución del tiempo en tiempo real. Las cofradías estarán atentas a los radares meteorológicos y a las actualizaciones de última hora, ya que la lluvia podría interrumpir los recorridos, especialmente en barrios periféricos como el Cerro del Águila, donde los itinerarios son más extensos.
A pesar de las previsiones, hay optimismo. Los pronósticos sugieren una mejora progresiva hacia la tarde, lo que podría permitir que algunas hermandades completen sus estaciones de penitencia, aunque con posibles ajustes en horarios o recorridos. La experiencia de años anteriores, como el 2014, cuando la mayoría de las procesiones pudieron salir a pesar de amenazas de lluvia, alimenta la esperanza de los cofrades.

