Este miércoles se cumple una semana de la pérdida en un incendio del primer Simpecado de la Hermandad del Rocío de Alcalá de Henares. Un fuego declarado en la Casa Hermandad de la ciudad madrileña no dejó daños personales pero sí cuantiosos materiales, entre ellos algunos de sus recuerdos más preciados como ese primer Simpecado, al que cada viernes rendían cultos los hermanos complutenses con el canto de la Salve.
Desde que se produjera el siniestro, la filial número 100 del Rocío ha recibido numerosas muestras de cariño y mensajes de apoyo, entre ellos de la Matriz de Almonte, entre otras filiales del resto del país, como han destacado estos días los responsables de la hermandad de Alcalá de Henares.
“Estamos muy conmocionados con esta gran pérdida que supone para la Hermandad”, declaraban el día después del incendio a través de las redes sociales. El mismo miércoles 27 de abril, apuntaban, “no teníamos aliento para afrontar esto, no podíamos dar crédito que, con tanto que se ha luchado por esta Hermandad tan pequeñita pero a la vez tan grande, pudiese acabar así. Pero hoy, esta Junta de Gobierno y hermanos están preparados para seguir trabajando y dar lo mejor de nosotros. Juntos, podemos”.
La Junta de la filial complutense agradeció la “fantástica intervención” de los bomberos, que “evitaron que los daños no fueran a más, por lo que damos gracias a la Virgen”.
Con el fuego, apuntan, “se fueron cosas materiales que serán repuestas lo antes posible”, pero también “algunos de los recuerdos más preciados para nosotros, como nuestro antiguo Simpecado, que no podrá ser repuesto”.
La Hermandad del Rocío de Alcalá de Henares fue fundada en 1984, aunque sus primeros estatutos fueron aprobados por el Arzobispado de Madrid en 1987. Su incorporación como filial de la Matriz de Almonte se produjo en 2004. Dos años antes estrenó el Simpecado que ahora peregrina a la aldea cada año en la romería de Pentecostés, sustituyendo al primero, ahora perdido en el incendio, que fue elaborado en 1994.