La Archicofradía de la Sangre ya ha dado el primer paso cara a la realización del nuevo grupo escultórico de la Sagrada Lanzada. Y es que el cabildo de hermanos de la corporación de San Felipe Neri ha aprobado en la mañana de este sábado la sustitución de la imagen de María Magdalena, obra de Rafael Ruiz Liébana de 1997, por otra nueva escultura debida al restaurador, pintor e imaginero Francisco Naranjo, quien precisamente, a finales de 2019, intervino en la titular mariana de la hermandad, la Virgen de Consolación y Lágrimas, en un proceso restaurador y de recuperación de esta pieza, tallada en el siglo XVIII, aunque sufrió una transformación de su fisonomía en 1972, por parte de Luis Álvarez Duarte, con el fin de atender los gustos estéticos de aquella época.
Con el cambio de la talla de María Magdalena, cuya primitiva escultura tiene como destino una cofradía de la provincia, la archicofradía abre la puerta al reemplazo de las figuras secundarias del grupo escultórico, que, en la actualidad, lo forman las tres Marías (Magdalena, Salomé y Cleofás), Longinos a caballo y un sayón, efigies salidas del taller de Ruiz Liébana, además de San Juan Evangelista, de Amadeo Ruiz Olmo, de 1943. «La idea es que, progresivamente, vayamos cambiando el misterio, a excepción del Cristo de la Sangre y la Virgen del Socorro que lo acompaña. También se pretende un cambio en la disposición de las figuras, pero ya iremos viendo», ha explicado a SUR la hermana mayor de la archicofradía, Laura Berrocal.
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