La Unión de Hermandades ha recibido un revés significativo al ser obligada a abonar 29.000 euros al Fondo Común Diocesano, un tributo anual que ha sido rechazado por el organismo cofrade pero que, finalmente, deberá ser saldado. Este impuesto, conocido como el impuesto diocesano, es una cuota del 5% sobre los ingresos anuales de las cofradías y consejos dentro de la diócesis. La particularidad en este caso es que la cantidad exigida se aplica con efectos retroactivos a tres años, según comunicó a lavozdelsur.es la delegada diocesana de Hermandades, Elena Gómez.
El presidente de la Unión de Hermandades, José Manuel García Cordero, fue informado de esta decisión por el vicario, lo que marca el inicio de un proceso que ha generado considerable debate dentro de la comunidad cofrade de Jerez. A pesar de las alegaciones presentadas por la Unión, respaldadas por una comisión técnica en materia jurídica, el obispado ha decidido no eximir a la organización del pago.
Las alegaciones presentadas por la Unión incluían solicitudes para revisar los cálculos de la deuda y eliminar el carácter retroactivo del pago, además de señalar que la Unión ya contribuye con 6.000 euros anuales para el mantenimiento de la Catedral. Sin embargo, estas propuestas no han sido aceptadas. La Unión de Hermandades de Jerez es la única en su diócesis que no ha cumplido con este pago, a diferencia de otros consejos y hermandades individuales que sí lo han hecho, según establece la normativa diocesana.
El cálculo de la deuda no incluye los ingresos que se redistribuyen entre las hermandades, como los obtenidos por la venta de palcos y sillas durante la Semana Santa o subvenciones que benefician a las cofradías. La única fuente de ingreso significativo para la Unión proviene de la explotación económica de la Carrera Oficial, de la cual más del 80% se redistribuye entre todas las hermandades, incluyendo las de penitencia, las sacramentales y las de gloria.
Esta situación pone en relieve la tensión entre las obligaciones financieras hacia la Iglesia y la gestión de recursos por parte de las organizaciones cofrades. La comunidad de Jerez y los devotos están atentos a cómo se desenvuelva este conflicto, que no solo afecta las finanzas de la Unión de Hermandades sino que también podría establecer precedentes para futuras interacciones entre las hermandades y la diócesis en términos de contribuciones económicas.

