El Lagar Místico

La escena que representa el Misterio de las Aguas de Sevilla se fundamenta en lo que se denomina “Lagar Místico” y tiene su antecedente en textos medievales protestantes centroeuropeos y en el simbolismo en torno a la sangre de Cristo.Se trata de una alegoría en la que se representa a Jesucristo en una prensa de vino o bajo el peso del madero del que sigue clavado por las manos.

De sus llagas brota sangre que se mezcla con el zumo de las uvas que se prensan en el lagar, y es recogida por un Ángel en un cáliz.

La escena tiene una doble componente interpretativa: por un lado, es un sacrificio (la sangre de Cristo está en el vino de la Eucaristía) y, por otro lado, Jesús es el Redentor del Mundo (la muerte en la Cruz nos redime y nos salva). Esta representación, no sólo tiene su base en textos bíblicos sino en la tradición de los Padres y Doctores de la Iglesia que serán quienes suministren los fundamentos doctrinales teológicos que servirán de inspiración para los artistas a la hora de plasmar esta alegoría.

En vidrieras, lienzos y esculturas se refleja esta alegoría a partir del Renacimiento. Con el humanismo se busca llevar al pueblo unos pasajes de la Pasión de Cristo sin triunfalismos, con las pruebas del dolor de Jesucristo encarnado en las llagas y la sangre.

El Lagar Místico no es frecuentemente representado en España salvo en alguna pintura. En las cofradías, la representación más importante es el Cristo de la Sangre de Nicolás de Bussy realizado en 1693 para la Cofradía murciana de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.Se trata de una de las representaciones más impresionantes y raras que existen. Es una obra barroca realizada para procesionar. Cristo está de pie en actitud de andar mientras sus manos siguen clavadas en el madero. A sus pies un Ángel recoge la sangre en un cáliz.

Este es el precedente del momento que se simboliza en el paso de la Hermandad de las Aguas. El paso que representa este calvario surge por primera vez en 1892. Hasta ese momento el Cristo había ido en un paso (no sabemos si con un ángel a los pies) y la Virgen, bajo palio, en otro.

La mayor curiosidad que nos ronda es saber quién asesoró a la Corporación para elegir esta escena alegórica como Paso de Misterio. La cultura de los hermanos de las Aguas en aquel año se pone de manifiesto en las actas de los Cabildos y no concuerda con una iniciativa de este tipo.

Luís Chamorro García

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