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Ante la incredulidad de muchos, el pasado 14 de septiembre se publicaba en el digital OK Diario una información sobre un presunto abuso sexual ocurrido en el entorno de la Hermandad de la Macarena. Dicha información ya había sido aportada por la familia de la víctima al diario nacional. La cofradía de la madrugada respondió a esta noticia con un comunicado donde se apuntaba que la información contenía «graves e inexactas insinuaciones».
Un mes después de aquella información, periodistas de El Foro Cofrade han podido confirmar por parte de la propia familia de la víctima y su defensa jurídica, que corre a cargo de AMUVI, que, efectivamente, el Sábado Santo de 2019 se interpuso una denuncia ante la Policía Nacional donde un menor de dieciséis años había sido presuntamente abusado sexualmente en los aseos de unos grandes almacenes en el centro de Sevilla. Las investigaciones policiales averiguaron que la víctima de la denuncia venía sufriendo una presunta situación de abuso prolongada, al menos, desde octubre de 2018.
Según habría relatado el padre de la víctima y confirmado fuentes policiales, la víctima habría referido tres encuentros sexuales con su presunto abusador: el primero, ocurrido el 12 de octubre de 2018. El presunto abusador y la víctima se dirigieron a las inmediaciones de Plaza Armas después de haber participado en los prolegómenos de la corrida benéfica en favor de la Hermandad de la Macarena. Los otros dos encuentros habrían ocurrido, presuntamente, en las instalaciones de la Hermandad de la Macarena, concretamente, en la casa hermandad.
A pesar de que el comunicado de la Hermandad de la Macarena señalaba que lo ocurrido «se sitúa completamente al margen» de la corporación y que los hechos investigados trataban de «actos privados realizados presuntamente por el hermano investigado en su esfera exclusivamente personal», lo cierto es que al haberse desarrollados presuntamente en el entorno social y físico de la Hermandad de la Macarena comprometen la responsabilidad moral del hermano mayor y la junta de gobierno de la corporación, quienes estarían llamados a garantizar la integridad física, moral y espiritual de los hermanos. Se da la circunstancias de que la víctima y el presunto abusador pertenecen a la Hermandad de la Macarena.
A lo largo de la investigación, el presunto abusador fue detenido y tras pasar una noche en comisaría, habría confirmado las situaciones de presunto abuso en una declaración espontánea. En su favor argumentó ante los agentes que desconocía que aquellos actos fuesen delito y que tampoco tenía conocimiento de que la víctima fuese menor de dieciséis años. Esta declaración espontánea no habría sido ratificada, posteriormente, en sede judicial.
Este último matiz sobre la edad resulta de especial importancia para este caso. En 2015 se realizó una modificación del Código Penal en el que se incluía un apartado específico sobre los abusos y agresiones sexuales a menores de dieciséis años. Concretamente, el artículo 183 de esta ley prevé una pena de dos a seis años de prisión para quienes mantengan relaciones con menores de dieciséis años. Es decir, se impedía desde ese momento que los menores de la edad indicada pudieran consentir relaciones sexuales con otras personas de mayor edad.
En 2021 se añadió una excepción a este delito cuando el tribunal pudiera considerar que hubo «consentimiento libre del menor» si el acto sexual se produce con «una persona próxima al menor por edad y grado de desarrollo o madurez física y psicológica». Este excepción no podría tenerse en cuenta en este caso, ya que la víctima comprendía quince años y el presunto abusador tenía ocho años más que su víctima.
El perfil del presunto abusador
El presunto abusador, que atiende a las iniciales J.J.S., se trataría de un personaje reconocido en el entorno de las cofradías sevillanas. Que se haya sabido, habría estado vinculado, al menos, a las Hermandades del Museo, Los Javieres, la Macarena y la Hermandad de la Virgen de Araceli. Todo su mundo gira alrededor de las cofradías. Habría trabajado como dependiente especializado de túnicas de nazareno en el mismo centro comercial donde se cometieron los hechos denunciados por la víctima y habría sido trabajador ocasional en la Hermandad de la Macarena, donde su actividad laboral se prolongó incluso después de la denuncia y tras haber puesto los hechos en conocimiento de su hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero. El último trabajo conocido del presunto abusador fue como capiller en el santuario de la Virgen de Regla, en Chipiona (Cádiz), y el pasado 16 de octubre fue visto realizando labores de reportero durante el traslado del Gran Poder hacia Tres Barrios.
Todos estos datos serían esenciales para entender que el presunto abusador podría haber ejercido un rol de superioridad con respecto a la víctima para atraerla hacia él. Según han confirmado distintas fuentes, el presunto abusador participaba de todas sus hermandades integrándose en colectivos en los que participaban menores: grupos jóvenes, grupos de acólitos, grupos de catequesis y campamentos. Estos grupos, de gran heterogeneidad, se componen de jóvenes que van desde los doce años hasta la bien superada la veintena de edad.
