La Amargura de Sevilla en el cajón…

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El pasado es 27 de abril de 2021 se cumplen 85 años del traslado de la Virgen de la Amargura al taller de Carlos González Campos, situado en la calle Marqués de Paradas. En aquella época varias imágenes fueron ocultadas en un cajón para ponerla a salvo ante la quema de iglesias que se estaban produciendo en tal convulsos días.

Rafel Montaño de la Bastida, hermano mayor de aquella etapa, además de haber ostentado el cargo de mayordomo, ordenó la retirada al culto de los titulares de la hermandad antes los rumores que había que algo podía ocurrir en San Juan de la Palma y así fue. Un reguero de incendios recorrió la ronda histórica y los barrios. En la sede de la Amargura el fuego redujo a cenizas muchas obras de arte, como el grupo de la Virgen de las Maravillas.

Oculta permaneció la Virgen hasta el 13 de diciembre de 1936, cuando reabrió al culto la iglesia de San Juan de la Palma, celebrándose una eucaristía a la que acudió Gonzalo Queipo de Llano, además de llevarse a cabo el primer besamanos de la Amargura.

Gracias a Rafael Montaño, la familia que ocultó a la Virgen y los hermanos que ayudaron, la Amargura sigue hoy presidiendo San Juan de la Palma, un templo donde una lápida situada en la escalera que va de la sacristía al camarín le recuerda y reconoce la labor que hizo tan importante. Fue representante comercial de vinos de Jerez y criado en la calle Conde de Torrejón.

Llegó a ser mayordomo entre el año 10 al 30 del siglo pasado, y hermano mayor de 1934 a 1937. Murió en plena Guerra Civil, siendo el único en la historia de la hermanda en perecer en pleno en ejercicio su cargo. Su liderazgo fue clave para la creación de la marcha «Amarguras», ya que propuso al padre del compositor la pieza con aquella famosas cuatro fotos que le envió. Tenía una gran amistad con Juan Manuel Rodríguez Ojeda, al que le encargó un nuevo palio y el manto.

La Amargura en 1936
LA AMARGURA EN 1936 – HDAD.

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