Las imágenes coronadas deberán tener al menos cien años de devoción en la Diócesis de Cádiz

Las imágenes coronadas deberán tener al menos cien años de devoción en la Diócesis de Cádiz

El obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, ha publicado dos decretos que no dejarán indiferente al mundo cofrade gaditano. Se trata de limitar y reglar de alguna manera tanto las coronaciones canónicas de imágenes de la Virgen como las salidas extraordinarias de las hermandades.

En el primero de los casos ya se advierte en el documento que la solicitud de coronación canónica “debe estar suficientemente justificada”. Recuerda Zornoza que “solamente es oportuno coronar aquellas imágenes que, por la gran devoción de los fieles, el lugar donde se veneran haya llegado a ser la sede y el centro de un genuino culto litúrgico y de un activo apostolado cristiano”. Asimismo, “como todos los ritos en los que toma parte la comunidad cristiana, será conveniente preparar a los fieles e instruirlos sobre su significado”.

Insiste el obispo en que una coronación canónica “ha de hacerse siempre de acuerdo con estos principios y cuando conste que la devoción a la imagen es realmente destacada y por encima de lo habitual, tanto por su intensidad como por su tiempo y extensión, dando prioridad a las Patronas de las distintas localidades”.

Según el prelado de la diócesis será obligado cumplir una serie de requisitos para la concesión de una coronación canónica. La primera de ellas, y novedosa, que la antigüedad de la veneración de la imagen sea, al menos, de cien años. Esta nueva medida afecta a dos hermandades de la capital gaditana: Expiración y Borriquita. Ambas han solicitado las coronaciones de sus imágenes marianas, Victoria y Amparo respectivamente, y ninguna de las dos cuenta con un siglo de antigüedad. La última imagen mariana coronada en la diócesis de Cádiz fue la Virgen de Las Penas, de la archicofradía de La Palma, el 14 de agosto de 2022.

Además, será necesaria “una relación acreditada de la devoción que los fieles le profesan, su intensidad, su extensión, sus manifestaciones, la importancia artística de la imagen, unanimidad en la localidad o, al menos, amplio consenso sobre dicha devoción, así como extensión notable del culto y apostolado mariano que se realiza, comprobado por medio de las adhesiones de hermandades, instituciones, hermanos, fieles, devotos, asociaciones y movimientos apostólicos”.

También se requerirá un proyecto misionero y catequético y otro de obra benéfico social, acorde con el gasto de la coronación, aunque esto no es novedad. Precisa Zornoza que “la diadema o corona que se imponga a la imagen ha de estar confeccionada en materia apta para manifestar la singular dignidad de la Santísima Virgen”, sin embargo “se ha de evitar la exagerada magnificencia y fastuosidad, así como el deslumbramiento y derroche de piedras preciosas que desdigan de la sobriedad del culto cristiano o puedan suscitar escándalo en los fieles”.

El decreto acaba incidiendo en que “habrá de procurarse que los fieles cristianos entiendan que la verdadera corona de la Virgen son ellos mismos, y que el mejor adorno de esa corona son los frutos de una vida de fe en que se expresa en la caridad”.

Fuente: DiariodeCadiz

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