El Cristo de la Gran Entrega de Miami, hermano del crucificado de la Universidad de Córdoba

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Once años después de la bendición del Santo Cristo de la Universidad de Córdoba, la ola de admiración y el deseo de tener una imagen como ésta no para en todo el mundo. En Miami han sido los últimos en caer rendidos al trabajo del escultor sevillano Juan Manuel Miñarro, que acaba de plasmar las últimas investigaciones sobre la Sábana Santa en el Santísimo Cristo de la Gran Entrega.

La lista de admiradores es larga: Brasil, Perú, México, Nueva York, Florida, Panamá. En general, en Surámerica y Centroamérica el crucificado de la Universidad de Córdoba levanta pasiones y a su autor, vía Facebook, le llueven las peticiones de réplicas del sindónico, a gran y pequeño tamaño.

Pero la respuesta de Juan Manuel Miñarro, que confiesa sentir sorpresa con este fenómeno, siempre es la misma: Cristo de la Universidad sólo hay uno, no acepta repetirlo, ni su corona, ni sus heridas. El riesgo que supuso para la cofradía de Córdoba y para él convertirlo, más allá de la dimensión devocional, en objeto de estudio narrativo de una investigación médico-legal se ha tornado en rotundo acierto

Con la pandemia de Covid de por medio, el nuevo Cristo de Miami ha permanecido en Sevilla más tiempo de lo esperado. Por ello, (con el consentimiento de la hermandad de la Macarena con sede en la parroquia del Corpus Christi de Miami) participará en una exposición en el Ayuntamiento de Sevilla desde el lunes 8 de marzo hasta el Domingo de Ramos. Esta gran muestra del gremio del arte sacro de la capital de Andalucía se frustró por el Covid-19 el pasado año. Y ahora le ha llegado su momento.

Buscaban una copia exacta

Juan Manuel Miñarro, que ha dedicado dos años a la creación del Cristo de la Gran Entrega, explica que cuando se pusieron en contacto con él desde el otro lado del Atlántico, lo que querían era «una copia exacta del Santo Cristo de la Universidad, pero yo no soy una fábrica», explica. El de Miami es algo más pequeño que el de Córdoba y guarda diferencias visibles con él, como que presenta la corona de espinas clásica y su cruz es mixta, entre arbórea y plana.

De todo este proceso ha resultado un Cristo único en el mundo hasta ahora, explica su autor, porque es el primero que presenta el cuerpo traspasado por la lanza, de parte a parte. «Es el primer tranfiserum», al que alude el Evangelio de San Juan.

¿Pero qué tiene el Cristo de la Universidad de Córdoba que tanto apasiona? A juicio de Miñarro, «hace una catequesis muy fuerte, a pesar de que no es fácil contemplarla como imagen. No deja indiferente a nadie, es una catarsis. Pero también es cierto que hay que verlo en directo, por fotografía no te puedes hacer una idea».

La crueldad

Recuerda que decir Cristo de la Universidad es «ver la crueldad de las heridas, la realidad de estar ante la muerte, ante una persona muy maltratada. Es la realidad de la Pasión, incluso más brutal de lo que vemos en el crucificado». Miñarro sufrió en sus carnes el proceso de año y medio de documentación con fotografías reales de cadáveres y llegar a un extremo de detallismo «que un imaginero no se ha planteado nunca».

El que tiene constancia de este boom mundial del crucificado de la Universidad para imágenes, láminas y medallas no es a veces ni el propio Miñarro ni la cofradía que encabeza Alberto Villar. Es el Centro Español de Sindonología, con sede en Valencia. Pero Miñarro cuenta con humor que «seguiré sorteando siempre lo mismo» en su defensa de que sean «piezas únicas».

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