La hermandad de la Macarena borra de su basílica la última referencia a Franco

La hermandad de la Macarena borra de su basílica la última referencia a Franco

La hermandad de la Macarena ya ha cumplido con todos los pormenores de la Ley de Memoria Histórica. Si el 2 de noviembre del año pasado sacó de su basílica los restos del general golpista Gonzalo Queipo de Llano y del auditor de guerra Francisco Bohórquez Vecina, que ocupaban lugares preeminentes en el templo, y a renglón seguido retiró una placa en honor del primero, ahora ha terminado con el último reducto franquista que quedaba: una lápida en la que se hacía mención al dictador colocada en la fachada exterior de la iglesia.

La gran placa se colocó para recordar que el 31 de mayo de 1964 la Virgen de la Esperanza fue coronada canónicamente por el cardenal José María Bueno Monreal, una ceremonia que tuvo lugar en la catedral hispalense. El texto apunta que actuaron como padrinos el Ayuntamiento de Sevilla y la comunidad de Hermanas de la Cruz, y tiene un último párrafo que es en el que se cuela el dictador: “Realzó con su presencia tan solemne ceremonia su excelencia el jefe del Estado y generalísimo de los ejércitos D. Francisco Franco Bahamonde y el Gobierno de la nación española”.

Como ya hizo con la exhumación de Queipo de Llano, la hermandad no ha anunciado el borrado del párrafo, aunque el año pasado sí avanzó que iba a eliminar esta mención a Franco. En esta ocasión ha trascendido por una publicación en X de Luis Felipe Utrera-Molina, hijo del exministro franquista José Utrera-Molina, que ha cargado con dureza contra la corporación: “Así borra la hermandad de la Macarena la historia de España. Una vergüenza. Una suprema mezquindad”. “La indignidad del hermano mayor y de la Junta de gobierno me llena de vergüenza como macareno”, apostilla.

El hermano mayor de la Macarena, José Antonio Fernández Cabrero, ya fue muy criticado el año pasado desde sectores ultraconservadores por no oponerse a la salida de los restos de Queipo de Llano y garantizar en todo momento que su corporación iba a cumplir con lo que dictaba la Ley de Memoria. Este último coletazo también ha desatado la indignación ultra, a la que Utrera-Molina ha contribuido recordando que “el hermano mayor se llenó de indignidad con sus declaraciones deseando que se hiciera” la exhumación del general golpista.

Fuente ElDiario

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