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“Rocío”, una de las marchas más populares de nuestra Semana Santa que siempre ha estado cuestionada por la falta de capacidad creativa achacada a su autor. Manuel Ruiz Vidriet (La Luisiana, 1890-Huelva, 1944) fue fagotista de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla y de la orquesta del Teatro del Duque. En Septiembre de 1928 pasaría a ser director de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva.
Junto a Manuel Pérez Tejera (Sevilla, 1888-Sevilla, 1971), quien fundara Banda de Música Maestro Tejera de Sevilla en 1910 componen la marcha “Rocío” que, aunque no está documentalmente datada, se fecha tradicionalmente en el año 1927. La vinculación de Vidriet con Huelva y su devoción por la Virgen del Rocío le llevaron a dedicar esta marcha a la patrona de Almonte.
Según las investigaciones de Francisco Javier Gutiérrez Juan, director de la Banda Sinfónica Municipal de SevillaBSMSevilla, la marcha fue estrenada en Sevilla por la misma banda el Martes Santo de 1928 tras el paso de palio de la Hermandad del Dulce Nombre. Se ha podido comprobar en la prensa de la época que “Rocío” se interpretó tras el palio de Hermandad Sacramental de la Esperanza de Triana por Banda de Música Maestro Tejera de Sevilla en 1934, siendo uno de los primeros testimonios conocidos a día de hoy.
El tema principal de la marcha está inspirado en la canción mexicana “La Peregrina”, compuesta en 1922 con letra de Luís Rosado Vega y música de Ricardo Palmerín. La canción “La Peregrina” fue un encargo del gobernador de Yucatán (México), Felipe Carrillo Puerto, pues éste se había enamorado de una periodista americana del New York Times, Alma M. Reed, a la que le quiso regalar esta canción . Además, la marcha incluye como transcripción literal el solo de flauta y el trío final del poema sinfónico “La Procesión del Rocío Op. 9”, compuesta por Joaquín Turina en 1912.
En uno de los cabildos de oficiales celebrados por la Hermandad del Dulce Nombre en 1944 consta un documento de veto de la marcha “Rocío” entre otras por considerarla inadecuada para la época de pasión, aunque no se consiguió su erradicación debido a su gran popularidad.
No existen partituras originales conocidas de la marcha que puedan aclarar por completo la instrumentación de la marcha. Hay papeles y grabaciones antiguas donde no hay solista sino clarinetes al unísono. La marcha ha sido grabada en numerosas ocasiones por diferentes formaciones
La interpretación de “Rocío” por la Banda de Música de la Cruz Roja siempre ha sido y sigue siendo muy característica, pues se incorporan campanillas, cascabeles, panderetas o castañuelas al forte final de la marcha.