En la extensa producción del imaginero cordobés, Miguel Ángel González Jurado, una de sus imágenes icónicas es la de María Santísima de la Esperanza del Valle. Realizada en el año 2001 y donada por un grupo de hermanos a la cofradía de la Sagrada Cena, la corporación del Jueves Santo trabajó, durante casi dos décadas, para materializar la primera salida procesional de su titular mariana.
La misma, como adelantó un año antes el hermano mayor Manuel Bonilla en La Voz de las Cofradías, iba a producirse en 2019. Si bien, las condiciones meteorológicas de aquel Jueves Santo impidieron que la Virgen “derramara esperanza” por las calles de Córdoba, camino de la Catedral.
En el presente 2020, al confinamiento se unió el hecho de que el Jueves Santo también apareció la precipitación. Por lo que si no hubiera habido coronavirus, la talla de González Jurado tampoco habría podido procesionar.
Y, con esos antecedentes, la perspectiva de la Semana Santa de 2021 no es más halagüeña. Y es que, según apuntan las autoridades, la crisis sanitaria comenzará a ver su fin en verano del año que viene, por lo que las procesiones de Semana Santa tendrán -probablemente- que esperar a 2022. El anuncio puede llegar a mediados del mes de enero.
Los hermanos de la Sagrada Cena tendrán que esperar a un cuarto Jueves Santo, con bastante probabilidad. Pero como señalaba Bonilla hace unos meses a La Voz, en la hermandad aguardan esa esperada primera salida “con la misma ilusión que el primer año”. En ese sentido subrayaba que “tenemos la ilusión de que salga y, como decimos nosotros, derrame esperanza por toda Córdoba. Ella sabrá cuándo quiere salir. Además, se han acabado cosas que se podían haber estrenado en su momento y saldrá un poco más completa. Los proyectos no están parados, pero sí está todo ralentizado. La vamos a sacar digna, siempre, y con la misma ilusión”.