Una tarde memorable en torno a María en Sanlúcar

El milagro preciosista de todo un rosario recreado en la Calzada de la Duquesa con los doce pasos llegando, seis por un lado y seis por el otro para confluir en la zona más esperada de todo el recorrido, se fraguó bajo el sol bonito de la tarde de este sábado, con el mar y el río al lado también confluyendo, como siempre, para gloria de los navegantes que consiguieron cumplir el propósito. La Procesión Magna de Sanlúcar de Barrameda fue una realidad, tal y como estaba concebida, al alcanzarse el V Centenario de la Primera Circunnavegación pero, sobre todo, fue un derroche de fervor mariano en aquella localidad que se asoma al Atlántico y al Guadalquivir.

El milagro preciosista de todo un rosario recreado en la Calzada de la Duquesa con los doce pasos llegando, seis por un lado y seis por el otro para confluir en la zona más esperada de todo el recorrido, se fraguó bajo el sol bonito de la tarde de este sábado, con el mar y el río al lado también confluyendo, como siempre, para gloria de los navegantes que consiguieron cumplir el propósito. La Procesión Magna de Sanlúcar de Barrameda fue una realidad, tal y como estaba concebida, al alcanzarse el V Centenario de la Primera Circunnavegación pero, sobre todo, fue un derroche de fervor mariano en aquella localidad que se asoma al Atlántico y al Guadalquivir.

“Todo con María, nada sin Ella”, tantas veces salido de la boca de monseñor José Rico Pavés, el obispo de Asidonia-Jerez que presidía le Magna, constituyó lema al que fueron ancladas todas y cada una de las devociones procesionales. Desde la Patrona Virgen de la Caridad Coronada y la otra coronada sanluqueña, la Virgen de la Esperanza, hasta las que fueron mostradas tal y como salen en Semana Santa o con atractivas modificaciones, todo llamó la atención desde el mismo momento en que el primer paso, el Calvario formado por el Cristo de la Vera-Cruz y la Virgen de la Soledad, hizo aparición en escena.

Los palcos ya rebosaban y quienes no lo consiguieron, muchos venidos desde distintos puntos de la provincia y fuera de ella, convertían en bullicio tanto fervor mariano derrochado. Y tras el mencionado Calvario, Nuestra Señora del Carmen tanto en la imagen de Bajo de Guía como la de Bonanza, Nuestra Madre y Señora de las Penas, Nuestra Señora de la Victoria, María Santísima de las Angustias, Nuestra Señora del Rocío, Nuestra Señora de la Amargura, María Santísima del Amor y las coronadas Esperanza y Caridad. Pero para cuando sobre las cinco de la tarde iban apareciendo en la Calzada, la fiesta ya comenzaba en el entorno de cada templo de procedencia.

El Consejo Local de Hermandades y Cofradías ha mostrado su satisfacción por el resultado de tanto tiempo de trabajo y el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda igualmente ha manifestado el honor y el orgullo de haberse podido disfrutar de esta Procesión Magna que queda ya en el recuerdo de todos y que, de la mano de María Santísima, nos coloca ya en las mismas puertas del tiempo de Adviento.

Fuente Cope

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